sábado, 15 de junio de 2019

Nuestros tiempos liquidos




Las culturas imperantes en cada momento histórico han determinado cambios significativos en el concepto amor y por ende en los modos vinculares que los seres humanos construyen y sostienen. Desde la antigua Grecia en el cuento de Eros y Psique se habla de un amor doloroso. El amor cortés, más tarde  se caracterizaba por la no consumación hasta dar paso a un amor conocido como burgués y victoriano con consumación  y matrimonio. La evolución del concepto amor nos pone frente al llamado amor romántico, donde la pasión y el deseo sexual tienen un lugar. Hoy día estamos frente a un “amor confluente” tal como lo llama  Anthony Giddens (1992), caracterizado por una relación de igualdad en la pareja.  
El sociólogo polaco Zygmunt Bauman desarrolló y publicó en el 2005 su obra “Amor Líquido”, en la cual resalta la fragilidad de los vínculos humanos que se viven en la posmodernidad. Si bien este tiempo posmoderrno designa en principio un movimiento artístico cultural y filosófico, ideológicamente defiende un modo híbrido, una cultura popular y un claro descentramiento de la autoridad intelectual y científica, abriendo caminos que se distancian de las formas tradicionales. Ahora bien volviendo al tema de los vínculos interpersonales las características del amor líquido están dadas por fugacidad,  inestabilidad, falta de compromiso duradero y  superficialidad tiñendo de un tinte particular en nuestros tiempos a las relaciones amorosas.
René Kaes desarrolla el concepto de Crisis, Ruptura y Superación y nos dice que toda persona y organización sanas no carecen de atravesar una o más crisis a lo largo de su vida. Las crisis son acontecimientos graves que requieren toma de decisión para dar curso a cambios que permitan llegar a una resolución  que den lugar a algo nuevo superador de la situación inestable vivida. Se produce una ruptura de la realidad propia de una evolución no lineal y se produce un quiebre del sistema.
Cuando la ruptura se produce en el sistema pareja y se observan los aspectos negativos en que se ven envueltos los hijos es necesario pensar en recursos que ayuden a emerger de la situación conflictiva y displacentera, evitando la cristalización del estado penoso donde la angustia, el miedo y la violencia pueden tener un lugar. Entre los recursos para restablecer la estabilidad perdida la mediación  tramitada con expertiz presenta alternativas de solución que contemplan  beneficios para los integrantes de la pareja y los hijos, si los hubiera, en aras de encontrar un sistema familiar reordenado e innovado.