viernes, 1 de mayo de 2009

Mayo (8 va parte)

Mayo
Nota enlace: Me complace continuar la publicacion virtual de mi novela "Entre sabores y sinsabores". En el archivo que aparece a la izquierda de su pantalla se irá configurando el detalle de la estructura completa de la obra. Se sugiere al lector entrar a través de la etiqueta novela y seguir el orden cronológico que presenta el archivo

Entre llantos e indecisiones







Mayo empezó con lluvias que no cedían, un tenor de humedad lo invadía todo, nuestros pelos no lo resistían, una tarde Ingrid, “la inge” y yo, hicimos un desarrollo sesudo sobre un tema banal en grado máximo: humedad y pelos. La conversación sobre este asunto empezó cuando me dijo que sus rulos son devoradores de humedad, tal como si fueran una esponja, se enrulan en forma descontrolada, yo le dije que me parecía que el pelo rizado se la banca más. Nos pasamos alrededor de quince minutos intercambiando sobre un tema bastante trivial, al cual le adicionamos todas las posibilidades cosméticas existentes en el mercado para mantenerlo en línea, ella con sus rizos, yo con mi pelo alisado.
Cuando días después se lo conté a tía Eulalia, me dijo con toda naturalidad que es mejor recogerlo que tratar de domarlo y agregó, nunca se debe contrariar el curso del río. No es bueno oponerse tenazmente a lo que viene dado, ya que siempre lo dado es la fuente de donde partimos. ¿Por qué deberíamos imponer otra cosa?
Me quedé sin palabras, la tía siempre mostró una gran sabiduría, con su templanza que aún resuena en mí, esparce enseñanzas y yo feliz de recordar su filosofía de vida y aprender.
El mes quinto del año se precipitó y entre el trabajo de diseño que estaba en un climax, más las exigencias de exportación, los llantos de Merin por la imposibilidad de cortar la relación con Fidel, la pancita de Magalí que asomaba francamente, incluyendo los temas de convivencia de la nueva pareja, los conflictos entre Evangelina y los hijos de Ricardo, todo eso más mis cuestiones con Pedro, hacían una madeja de problemas que nos requerían como buenas artesanas devanadoras para enfrentar semejantes enredos y tratar que las cosas se centraran en un eje ordenador. Se añadía en esos días la mudanza que Merin debía hacer de su estudio, el cuñado de Hele, un sesentón muy agradable, dueño de una inmobiliaria la ayudó en la búsqueda, también se había ocupado con muy buenos resultados de encontrar un P.H. para los tortolitos embarazados. Merin después resolver algunas cuestiones de diversa complejidad en relación al viejo estudio se trasladó finalmente a la zona de Tribunales, dejaba su primer lugar en Belgrano, después de haberlo rentado durante nueve años. La cantidad de causas y mediaciones ameritaban en ese momento un cambio. Todas las de nuestro grupo, de alguna manera, ayudamos en esta movida, Fabio fue un colaborador full time, pidió una semana de licencia, se arremangó, coordinó y ayudó con propias manos en la mudanza de escritorios, mesa de reuniones y sillones que habían sido renovados un año atrás, además de la vieja biblioteca del padre de Merin, también abogado, con especialidad en penal, y por supuesto se ocupó especialmente del traslado y conexiones de las consabidas computadoras, dos, una portátil y otra de escritorio, impresora de última generación y pantalla plana de buen tamaño, que Fabio, profesional en las artes de la informática, mantenía impecables.
Debo decir que nuestras reuniones en general no rozan el aburrimiento, este año, sin embargo, está más florido que otros. Nuestras cuestiones personales ganaron terreno por su complejidad y gravedad y las cuestiones más generales del cotidiano vivir, de contexto amplio, ocuparon un espacio significativamente menor.
Merin me llamó esa tarde de mayo, era lunes, la mudanza se haría el jueves, el tercero del mes, decidimos que Ingrid se ocuparía de Franchu ya que para, mí tanto miércoles como jueves, me resultaba imposible por los compromisos laborales contraídos. Me ofrecí para hacerme cargo de Francisco el viernes, inclusive propuse que se quedara a dormir y llevarlo a su casa el sábado después del desayuno.
- Me viene muy bien tu ayuda con Franchi. Ya hablé con Ingrid, ella se va a ocupar el día de la mudanza, lo va a ir a buscar al “cole” y se va a la casa de su mamá en Urquiza con él, tienen planes de jugar al tuti fruti, mirar una película que le compré la semana pasada y luego Fabio lo pasará a buscar tarde, alrededor de las nueve, porque mi pequeño monstruo está invitado también a cenar.
- Bueno, ¡bien! Yo me ocupo el viernes.
El viernes al mediodía sabiendo que Merin y Fabio estaban haciendo arreglos en el nuevo estudio, entre todas las ENTRE6 enviamos un presente a nuestra amiga profesional en leyes para los consabidos buenos augurios. Una amiga de Hele, pintora, nos mostró una tarde, en aquellos días, una serie de obras donde la mujer tiene un rol importante ligado con la vida, en el sentido de cadena ilimitada, de lo eterno, gran vientre generador. La artista se ocupa de pintar matrioshkas, las trabaja desde una abstracción, es decir que es poco figurativa, cosa que a mí me interesó. En todas las obras aparece la sensación de vida que avanza de modo inacabable, mujeres que dan paso a otras mujeres en un camino que no termina, tal como las matriohkas, una dentro de otras indefinidamente, en un ciclo que deviene y no cesa. Elegimos de común acuerdo entre Hele, Myrhiam y yo una pintura en óleo, de 1,20m por 1,00m, el tema mostraba a todo color, a un grupo de mujeres y en medio de una de ellas estaba la dama de los ojos vendados, una matrioshka más que se distinguía por tener la balanza en una mano y la espada en la otra, vestida de color rosa viejo y clara representante de la justicia. Donna e Ingrid no habían podido reunirse con nosotras en el taller de Rita Balboa, una artista plástica con poco tiempo disponible, y participar en la elección de la obra, pero ni bien les comentamos en las comunicaciones que hicimos desde el taller, aceptaron inmediatamente la compra.
A las tres de la tarde supe que la pintura ya estaba colgada en la pared del frente del estudio, presidiendo la entrada. Entre mis elucubraciones apareció la idea de que el la venda en los ojos tiene un aspecto positivo, muy importante para medir con equidad, sólo esperaba que mi amiga no estuviera ciega frente a sus avatares amorosos. Merin muy entusiamada ante semejante regalo y el grupo ENTRE 6 gozoso de los progresos de nuestra amiga.

La estadía con Francisco siempre es amena, es un niño vivaz y observador, le gusta mirar todos los rincones de mi casa y sabe dónde buscar papeles y marcadores para hacer algunos de sus juegos, como carreras de autos que inventa con pistas que dibuja y bolitas de papel que, en su como si, son autos veloces e inteligentes .
Cuando se queda conmigo, solemos pedir comida china, uno de sus sabores favoritos.
- Tía bella ¿comemos las primaveras?
- Arrolladitos primavera.
- Sí, eso y el arroz rico con huevo roto.
Me gustaba escucharlo, procesaba en su cabeza todo lo que el mundo le ofrecía, hablar con Francisco siempre es un placer. Obediente y tranquilo.
-¿Tranquilo? (siempre acota Merin).
-No lo ves en casa o con sus amigos.
- Tía Belu, ¿me escuchaste? el huevo roto, también quiero y después helado.
- Sí, sí, te escuché bueno vayamos por partes.
- Por partes como dice Jack.
- ¿Qué?
- Mi papá dice así.
No estaba de humor para hablar con el chico de destripadores con lo cual omití lo último que me dijo en tanto comencé a buscar los teléfonos del chino de la cuadra y de la heladería preferida de Francisco. Cuando minutos después me escuchó hacer el pedido de helado, me hizo señas con sus dos manitas gordas y gesticulando con la boca, demoré unos instantes en entender que el mocoso me pedía cucuruchos, lo cual me pareció una idea brillante a la cual me acoplé inmediatamente.
- ¡Qué buena idea comer el helado en cucurucho!
- Yo como primero el helado en un vaso y después el cucurucho, sobre un plato para no ensuciar el piso.
- ¡Ah! Mirá... ¿Tus papis lo comen así?
- No, ellos lo comen con el helado adentro, pero a mí no me gusta.
Francisco tiene sus originalidades, siempre desde pequeñito fue un chico verborrágico, a veces viene a mi memoria aquella vez en un asado al que habíamos sido invitados por Héctor, en casa de Hele, en que Juan le ofreció a Franchu un sandwich de vacío y él le contestó muy naturalmente que no quería un sandwich vacío sino lleno con algo, nos reímos mucho, la anécdota quedó. Hasta Francisco a veces la repite, aún sin tener el recuerdo, en aquellos días tenía tres años escasos y Donna nos explicó más tarde en una de sus clases rápidas de psicoanálisis sobre la amnesia normal infantil.
Muy poco tiempo después de aquel asado Juan se alejó de mi vida.

La reunión número cinco del año se aproximaba, la noche anterior al encuentro con las ENTRE6, y sabiendo que Fabio trabajaba por la noche como jefe de soporte técnico de las computadoras de una financiera que opera en Buenos Aires con capitales de los Estados Unidos, llamé a Merin, suponía que no estaba bien y no me equivoqué
- Hola.
- Qué voz de ultratumba, ¿Qué te pasa?
- Estoy agotada, este chico me pone los pelos de punta, no quería acostarse finalmente lo logré, pero mirá qué hora, casi medianoche, debe hacer diez minutos que se durmió.
- Bueno, calma…mañana es sábado, él debe querer estar con vos, debe percibir que no estás bien.
- Sí ya sé, además todo va para atrás con Fidel, estoy cansada, me miente, especula conmigo. No puedo salirme de este infierno.
- ¿Vos sabías desde el comienzo que tiene novia?
- No.
- ¿Y entonces?
- Sabés qué pasa él me dice que podemos seguir así porque cuando estamos juntos nos reímos y tenemos mucha piel pero no me banco que me mienta porque después no le puedo creer nada de lo que me dice y sufro pensando que estoy metida en un lugar del cual no puedo salir.
Me di cuenta de que estaba en un impasse, al modo que alguna vez me explicó Donna, una situación de difícil o imposible resolución, verdadero callejón sin salida, una complejidad enmarañada de querer vivir en situaciones que no conjugan y que la colocaban en situación de elegir. Al no poder hacerlo se planteaba un punto muerto. Deseaba desde lo más profundo de mí que en poco tiempo las ENTRE6 pudiéramos hablar de la situación como una dificultad pretérita.
¿ Entendés? ¿ Me escuchás?
- Sí, esperemos que pronto puedas salir de esta. No sé cómo ayudarte, tampoco
sé a qué te referís con mentiras porque finalmente él te blanqueó que tiene otra
mujer a su lado.
- Las mentiras pueden ser pavadas, de cualquier orden, más allá si tiene o no otra mujer cuando hice la mudanza y él supo de los regalos que ustedes, mis primas y Fabio me hicieron, una tarde mientras hablábamos por teléfono me dijo que estaba mirando el regalo que me había comprado para el estudio y que seguro que cuando lo tenga, cada vez que lo mire me voy a acordar de él. Después vino al estudio la noche que Fabio hizo una guardia en la financiera y que Franchi se quedó en lo de Luisa. Estuvimos juntos, pedimos una empanadas también trajo un champagne y por supuesto dos hermoso regalos, un juego de lapiceras y una toalla preciosa. La pasamos muy bien, después me llevó a mi casa. La noche había sido perfecta, las culpas me corroían menos que al principio. A la mañana siguiente acomodando el estudio encontré los tickets de las compras que permitirían un eventual cambio si fuese necesario, mostraban claramente el embuste, el día y hora de la compra: quince minutos antes de llegar al estudio. ¡Mentiroso! y yo que me creo todas sus patrañas. Cuándo me decía por teléfono que estaba mirando los regalos, ¡pura mentira! –llorando-
- No sé qué decirte, vos sabés que todo esto es peligroso, porque además vos no querés separarte.
- ¡No! Yo a Fabio lo quiero.
- ¡Merin! No vas a poder sostener esto, velo con tu psiquiatra.
- El otro día llevé un sueño de un ménage à trois.
- Es mucho para mí, hablémoslo en la reunión. No sé qué decirte, yo sé hacer diseños, no puedo entender de dónde salió esta veta de doña Flor, sobre todo porque Fabio está vivo y se desloma por su familia., pero me doy cuenta de que estas más loca que un plumero.
- ¿Que un plumero?
- Sí, mi mamá lo decía.

Quise llegar temprano a la reunión, Doris se había ido a las cinco, el masaje había sido maravilloso, las manos de mi masajista me dejan nueva, distendida. Aproveché a planificar con Doris dos horas semanales para Ondas Rusas y, ella me recomendó que las podría hacer en mi casa aprovechando la camilla que meses atrás había comprado. Doris se encargaría de traer todos los aparatitos y bueno ¡A ondear a lo moscovita!
Nos despedimos hasta la siguiente semana. Me vestí, me maquillé y decidí no sacar el auto, deseaba caminar un poco. Cuando llegué eran las siete menos diez, Merin ya estaba, la vi cansada y aunque sonrió sus ojos acusaban tristeza.
- Hola.
- Hola Annabella.
- He tomado una decisión, no quiero verlo más.
- Bueno.
- Buenas tardes a las dos ENTRE6 que llegaron antes de tiempo porque faltan cinco minutos para la hora de las guardianas pretorianas.
Myrhiam dijo esa frase con tono teatral y nos sonreímos y la saludamos mientras se acercaban hablando muy entusiasmadas Donna y Hele, que ya muy próximas a nuestra mesa no podían dejar de hablar. Finalmente acusaron recibo de que las tres las mirábamos y comenzaron los saludos y el mismo bochinche de siempre, en tanto las dos chicas de la mesa de al lado con varios libros y apuntes se mudaron a una esquina del bar buscando un espacio más silencioso. ¡Lo bien que hicieron!
- Bueno falta la pendeja, nuestra pequeña Ingrid y estamos todas (dijo Merin como para entrar tema)
Ordenamos y empezamos hablando de los temas menos conflictivos, que el crecimiento de la panza de Magalí, que la última ecografía, que el trabajo, que Evangelina y cómo se para en la contienda que sostiene con los muchachos de Ricardo, que las ondas rusas, sobre este tema di una clase bastante completa, explicándoles que hoy día disponemos de estimuladores musculares para tonificar, reafirmar, definir y modelar todas las zonas del cuerpo, puse el énfasis en que es una manera de combatir los problemas de flaccidez. Todas me miraban atentas, luego agregué que mientras esos aparatitos trabajan las distintas zonas del cuerpo Dorys me realiza los masajes de siempre, más un trabajo para liberar el líquido intersticial de los tejidos.
- Un drenaje dijo Myrhiam.
- Sí, exacto y mientras todo eso sucede yo en general me relajo y a veces hasta me
duermo.
Todas se quedaron calladas hasta que finalmente llegamos al tema urticante
- ¿Y qué pasa con Fidel?
Myrhiam, rompió el hielo. Tanto habíamos hablado de ella , de Ricardo, de los hijos, que tomó la posta y preguntó, bien a lo ENTRE6 tomando por sorpresa a Merin, a quien vi turbada en un primer momento pero, apenas unos segundos después ya mejor acomodada en su silla dejó escuchar su voz un poco entrecortada pero que tomaba fuerza a medida que hablaba.
- Bueno, no sé, estoy en eso, le decía a Bella antes de que ustedes llegaran que tomé una decisión
- ¡Ah! ¡oh! ¡bueno!, ¡una decisión! (en coro entremezclado)
- Bueno, bueno, ¿qué anda pasando por aquí?
No era momento para que Ingrid llegara, deberíamos tener prevista alguna sanción, no se puede decir que alguien que llega casi a las ocho, en un momento además tan inoportuno es cola, en verdad es recontrarecola, ¿Qué le pasó a esta mina para llegar a ese horario?
Lo de la sanción cuando después lo pensé más en frío me avergoncé de mí misma, me sonó muy dictatorial pero que llegó en mal momento no me cabe ninguna duda.
Después de saludos, frases inconexas con códigos internos, nuevos reacomodamientos ya no era posible volver al mismo punto y la pregunta de Myrhiam quedó formulada sin una respuesta acabada.
- ¿En qué estaban?
Ingrid ignoraba que su presencia nos había sacado de punto, no sabía que no era posible volver a crear el clima que se había armado justo antes de su llegada.
- Bueno, decía que estoy por dejar a Fidel, pero ya no quiero hablar de eso, porque no sé si lo voy a poder hacer.
- Si vos querés vas a poder ( agregó Myrhiam).
El tema tomó un giro imprevisto y en pocos minutos nos encontramos hablando de las novedades de Ingrid. Había conocido a un hombre y estaba muy concentrada en ese tema al punto de no poder escuchar otras cosas. Cuando esto nos sucede solemos decir que entramos en el personaje de la pavota, algunas no podemos salir de allí en mucho tiempo, yo creo que voy a morir pavota.
El reloj siguió avanzando hasta que Donna se puso de pie.
- Bueno chicas me voy.
- Sí yo también agregó
- Helena .
Ahí noté que Hele no había hablado en toda la tarde, pensé que seguramente le pasaba algo, después me di cuenta que al día siguiente se cumplirían dos años de la muerte de Héctor
El esposo de Hele, Héctor era un hombre muy dador, buenísima persona, con clara preferencia porque nos reuniéramos todos, hombres y mujeres, solía llamar a nuestros encuentros “reuniones de brujas”, pero tenía un corazón de oro, que finalmente le jugó una mala pasada y no pudo salir del infarto masivo de aquella tarde.
Trabajaba en su fábrica de sillas y mesas para camping, la había montado un año después de casarse con Hele, una herencia familiar le permitió hacer la inversión y la fábrica desarrolló en gran forma hasta llegar a mercados de latinoamérica con sus muebles de jardín. Todas nosotras amueblamos nuestros espacios abiertos, jardines, balcones y patios con su marca HH, hasta Eulalia tiene en su patio una hermosa mesa y sillones de respaldo alto, un modelo hermoso, que luego sacó de la línea pero tía Euli siempre astuta supo ver que se trataba de un diseño verdaderamente hermoso.
- ¿Me escuchaste Annabella?
Me sobresalté, Donna me gritó.
- ¿Qué?
- Siempre en la luna de Valencia.
- ¿Qué decías?
- Es muy probable que dentro de los próximos quince días sepamos el sexo del bebé. Ahora lo más inmediato es la mudanza de los chicos. Estamos armando un plan de colaboración entre los padres de Fernando, Mauricio, Nicolás, Juan Pablo y yo para ayudarlos , la tarea es pesada y Maga no va a tocar nada para la mudanza.
- ¡Un ejército! Un ejército de Salvación ¡Qué bueno!
- ¡Graciosa!, ¡Ejército de salvación! Vamos a armar uno para salvarte a vos de mis garras… (se fue riéndose)
Vi a Donna marcharse contenta y estimulada ante el nacimiento de su segundo nieto. Hele iba a su lado.
Nacimientos, muertes... y en medio una y otra vez la vida.
Me quedé pensando que debía llamar a Hele en los próximos días. La vi tristona y sentí que sería bueno hablar un poco con ella.

- Hola ¿Hele?
- No, soy yo Victoria. ¿Annabella?
- Sí ¿Cómo estás?
- Bien, visitando un ratito a mamá, no la veo muy bien.
- Por eso llamé... Ayer la noté un poco ensimismada, sé que es el aniversario de la muerte de tu padre...
- Sí, creo que eso la está afectando. Espero que lo supere, ah mirá acá llega, te paso con ella.
- Bueno, un beso, envía saludos míos a tu familia.
- ¡Hola Bella! ¡Qué sorpresa! ¿Pasó algo?
- No, nada, sólo quería hablar con vos, ayer te noté lejos, muy callada.
- Sí, es cierto, la verdad es que muy bien no ando, estoy triste, extraño a Héctor, pero sabés tengo que dejarme sentir esta tristeza, no taparla, no quiero aturdirme, tengo que metabolizarla poco a poco ¿Me explico?
- Sí, por supuesto, sé que es así, me hace bien escucharte, tenerte cerca y sentir tu entereza.
- A mí me hace muy bien que te haga bien - con tono risueño-
- Bueno, amiga, siga con su hija parloteando.
- ¡Gracias!, nos hablamos en cualquier momento, te mando un beso.