miércoles, 4 de febrero de 2009

Febrero (5ta parte).

Nota enlace: Me complace continuar la publicacion virtual de mi novela "Entre sabores y sinsabores". En el archivo que aparece a la izquierda de su pantalla se irá configurando el detalle de la estructura completa de la obra. Se sugiere al lector seguir el orden cronológico que presenta el archivo








El 10 de febrero finalmente había llegado, Llamé a Loretta el día anterior para solicitarle un cambio horario. Afortunadamente pude lograrlo. Pasamos el turno de 10:30 a 18:50, ya que tenía un sinnúmero de cosas para hacer, de todos modos tenía en claro que si Loretta no hubiera podido hacer el cambio yo hubiera dejado todo… Lo que me complicó a último momento fue el temporal que se desató a las cuatro de la tarde, viento y granizo por doquier, mi pobre auto ya había padecido de “abolladuritis aguda”. Lo único que me confortó fue haber sido precavida y pagar un seguro que me protegiera de los efectos indeseados provenientes de una naturaleza extrañamente desordenada. Las pérdidas económicas por los fenómenos meteorológicos nos habían enseñado, digo “nos” en plural porque Juan y yo lo aprendimos compartiendo las penurias producidas por fenómenos climáticos atípicos ( recuerdo con malestar un día, años atrás, en que se me inundó el auto y Juan vino a socorrerme ).
Si bien el respaldo de un seguro me tranquilizaba el escenario que se desató era siniestro, el tamaño de las ‘piedras’ que vinieron del cielo esa tarde fueron enormes, una estación de servicio expendedora de nafta y otros combustibles fue mi objetivo. Apenas alcancé a ubicarme, haciendo una heroica marcha atrás en el pequeño espacio dejado entre una camioneta y un taxi, en el cual un bebé lloraba, mientras el chofer, al que observé con detenimiento por medio del espejuelo retrovisor que mi mano movía incesante para ampliar el escenario, hablaba muy entretenido con el conductor de la camioneta.
No disponía de un centímetro más, casi los espejos laterales de los autos se tocaban. Una parte de mi parabrisas quedó sin protección, grité cuando cayó la gran piedra fría que se estrelló y rajó mi visual izquierda, sin desprender vidrios. Decidí aflojarme y pensar tal como Hele lo haría.
- Esto es así, esperá que pase el chubasco y después ves qué hacés, nunca vayas en contra de la naturaleza
Yo en verdad no quería ir a ninguna parte. Miré el reloj, encendí la radio, que apagué inmediatamente pensando que me podría quedar sin batería. No quería vérmelas peor, también había pasado por ésa y estaba dispuesta a evitar radicalmente el nefasto “sobre llovido mojado” que mi padre mencionaba cuando las cosas se tornaban más negras… así que decidí meditar – indicación helenística-
Cuando abrí los ojos el taxista ya no estaba y el conductor de la camioneta estaba cargando nafta, miré el indicador de combustible casi al mismo tiempo que mi reloj, pasaban veinte de las cuatro, ordené un poco mis ideas y decidí por esa vez abandonar el rejunte de puntos que me ofrecía la empresa a la cual estaba asociada, en esta oportunidad cargaría el combustible ahí mismo, al fin y al cabo, esa estación me había cobijado.
Al salir de allí sólo quería merendar, ya no me importó seguir el orden del día, en ese momento, sólo tenía en la mira llegar a lo de Loretta, si la naturaleza me lo permitía.
Los escenarios al salir eran insólitos los daños provocados por el granizo generaron ideas creativas para salir del paso: parabrisas y lunetas tapadas con nailon y cinta adhesiva, los capots de los autos enfermos como el mío, padecían diversos males, algunos afectados por “viruela autista” o “parabrisas estrellados” que no es lo mismo que decir parabrisas con buena estrella, me pregunté qué diría Donna de esas expresiones.
La merienda fue agradable, demoró un poco, pero en verdad no tenía apuro Loretta me esperaba más tarde, creí ver en los ocupantes de las diversas mesas personas que habían tenido la misma idea que yo y buscaron reparo, contención, comer algo tranquilos, darse un mimo después de la paliza del temporal. Miré las cocheras, cubiertas y si bien no sabía cual coche era de quien, todos ellos mostraban efectos crueles del fenómeno acaecido. Cuando suceden acontecimientos no habituales, suelo estar más dispuesta a holgazanear un poco y siempre digo: “ Mañana será otro día ”, expresión muy usada por mi padre, quien solía tener cambios muy fuertes en su cotidianedad y entonces se entregaba dócilmente a los embates que la vida le ponía por delante. Cuando abrí el celular vi siete mensajes de texto y dos grabaciones. Tres veces me llamó Pedro, las otras eran, una de Donna, otra de Juan Pablo, seguro Donna le pidió que me llamara, Ingrid, La Diábola, es decir Patricia, que seguramente era por asuntos de laburo y dos de tía Eulalia, a quien respondí primero, todos ellos conformaban la lista de requirentes de mi persona, qué palabrita “requirentes”, la volví a pensar y me reí de mí misma, debería buscarla en el diccionario a ver si, aunque ampulosa se ajusta. Luego llamé a Donna y le pedí que le avisara a Ingrid que estaba bien y por último llamé a Pedro. Me quedé un rato largo pensando por qué no le contesté primero, él estaba preocupado, esas cuestiones si bien me mortificaban no podía cambiarlas.
Al salir de la confitería en tanto subía a mi herido auto se produjo un corte del suministro de energía que dejó todo a oscuras, el cielo negro y amenazante daba lugar a una escalofriante situación que me embargó de temor e inseguridad. Cuando arranqué una voz me gritó que no tomara Zapiola que estaba llena de árboles caídos, yo no pensaba hacerlo de todos modos le agradecí. Después de sortear el pequeño tsunami llegué al consultorio de Loretta.
Sin hacer alusión alguna al infierno de la calle, nos metimos en el mío propio.
Cuando le conté mis últimos sueños, lo primero que me pidió, tal como lo hace regularmente fue que lo relacionara con lo que viniera a mi mente. Pero mi mente era un poco rebelde, bastaba que le pidieran para que no otorgara, es lo que se dice una mente caprichosa que imagina muchas cosas pero en silencio, en la mayor intimidad.
Loretta, perseverante y creando buenos climas me fue acompañando. Evidentemente ese hombre que escapaba entre los árboles del bosque podía representar a diversos seres de mi vida que se han ido, que los busco y no los puedo alcanzar. Pensé en mi padre, en Pedro y por supuesto en Juan. De todo ellos el que más escapa y no puedo tocar es Juan. Lo busco en mis sueños y no lo encuentro. Con Pedro es diferente, me pregunto continuamente ¿Por qué soy así con él? El no escapa, más bien soy yo la que huye…Siempre ¿Y papá? Es posible que hubiera escapado de mi madre pero cuando ella murió él escapó de la vida y yo me quedé sola mirando como se alejaba ¿Para buscarla y estar por siempre junto a ella?
Los sueños y los primeros acercamientos a su interpretación suelen dejarme más preguntas que respuestas, sé que ése es el camino, siempre puede aparecer otra pieza que configura y devela mis partes desconocidas.

La segunda semana de febrero se inició con un clima enrarecido, ventoso, gris. Por momentos caluroso. Desde mi cama veo el cielo que en aquel momento se mostraba plomizo. No me daban muchas ganas de levantarme y comenzar, sin embargo, debía hacerlo. Un pequeño ejército que yo misma fui armando esperaba señales par continuar trabajando cada uno en lo suyo.
Esa mañana decidí ir al taller de Alba que se está ocupando de coordinar todos los detalles de la hechura de las prendas de cuero. Marcela, la hija de una prima de Mirhiam conoce a Alba desde hace tiempo, sabe de su experiencia en este tipo de confección y por ahora las primeras pruebas van bien. El lunes y el martes estuve dedicada a observar la encimada y el corte, Arnoldo es un as para estos menesteres, cadete primero, encimador y cortador después, me lo habían recomendado como un empleado valioso, Arni como lo llamamos, había intervenido activamente haciendo diversos roles en la fábrica del padre de una íntima amiga de Marcela, Juanita, ambas estudiantes de diseño e indumentaria, dedicadas, cumplidoras como diría mi tía Eulalia y con un modo ético que se percibe en la forma de encarar los asuntos. Están incursionando en el terreno de los jeans, alguna vez me reuní con las chicas que vienen atropellando con ideas inusitadas. Los cursos que tomaron sobre "primer emprendimiento" y " producción argentina al mundo" han arrojado buenos resultados y las pruebas están a la vista, las mocosas a poco de cumplir los veintitrés han vendido el último año tanto como yo en dos temporadas.
La charla que tuve una tarde con Myrhiam me permitió intercambiar a fondo sobre estos asuntos y llegamos a la conclusión de que mi manera de encarar la fabricación está más del lado del movimiento lento, paso a paso, para sentirme segura. Son aprendizajes que hice junto a Juan, él me acompañaba en estos proyectos que luego a su tiempo tomaban una buena forma. El ir paso a paso me dio seguridad y ése es mi modo.
Estaba metida en mis rememoraciones cuando sonó el teléfono.
- Hola.
- ¡Ciao bella!
- ¡Donna! ¿come stai?
- ¿Bene, e tu?
- Estoy, acá, sin hacer nada en particular, pensando, tantas cosas…
- Al final voy a tener que tomar muy en serio lo que dice Hele, tu signo de aire no te da tregua, pensás, pensás, todo el tiempo. Sos una acuariana irremediablemente pensante. El otro día con Helena estuvimos chateando y me mando un documento sobre las mujeres acuarianas
- Ajá ¡Estuvieron hablando de mí!
- De alguien teníamos que hablar y cuerear un poco.
- ¡Mirá!
- Entendí por esos datos que sos intuitiva, con gran actividad mental, eso me interesó, siempre estás pensando algo, como volando leí que sos creativa y original. Mucho de esto no me sorprendió, te conozco. Hele insistió que toda acuariana es por lo general, sumamente innovadora, recuerdo que decía algo así como que acuario está representado por el aguador porque tiene una gran inspiración que derrama a todos por igual, sin tener en cuenta la idea de un merecimiento o de una necesidad de quienes la reciben. Eso te pinta de cuerpo entero, es una explicación que no sé bien como la piensan los astrólogos pero a mí me cierra y me permite entender porque te llevas bien con algunas personas, como La Diábola por ejemplo.
- Mirá que me lo voy a creer todo eso.
- Creer o reventar. Aquí dice que…
- ¿Te compraste un libro de astrología? Mirá que me desmayo.
- ¡No! estoy leyendo lo que me mandó Hele.
- ¡Ah! ¿Y qué dice?
- Que los acuarianos son seres idealistas, amantes de la libertad, con sentimientos humanitarios y gran originalidad . A menudo inconvencionales y revolucionarios, impredecibles, con un pensamiento que se adelanta a las opiniones de su época. Bastante fuera de lo común, una loca de atar, pero ojo, no en el sentido profesional psiquiátrico, una loca linda.
- ¿Eso estás leyendo?
- No esto último lo agrego yo, te conozco como si te hubiera parido, tengo derecho a completar el texto (se rió).
- Bueno yo soy así no puedo evitarlo. Pienso, me cuelgo, los pensamientos me
llevan como un globo.
- Tu cabecita no descansa. Bueno, no lo evites, pero no te vas a salvar de hacer alguna reunioncita para el 18 porque y paso a leerte aquí dice “Es muy dispuesto a hacer amigos, en realidad, hace un culto de la amistad”.
- Veremos , no tengo muchas ganas de festejar.
- Ahora sí que lograste preocuparme, siempre te gustó más que a ninguna de todas nosotras celebrar tu cumple.
- Bueno ahora no tengo tantas ganas. ¿Estoy obligada?
- No, por supuesto que no.
- Cambiemos de tema. ¿Cómo está Maga?
- Bien fue al médico, le hizo la eco, vinieron los dos muy emocionados.
- ¿Y qué se ve?
- Bueno ya se aprecia como un punto que late.
- Ah…
- También traían un cuadernillo que describía cómo prepararse para un embarazo, esa parte la salteamos (sonó irónica) y fuimos directamente a leer el programa de cuidados para los tres trimestes de embarazo, en un primer momento me pareció demasiado pero creo que el médico no busca que sepa de obstetricia sino que ambos vayan desarrollando responsabilidad. Ahora está cursando la octava semana y este estudio que te mencioné…
- ¿La ecografía.?
- Sí, permite ver al embrión tempranamente, si está bien ubicado, si late, …
El cuadernillo desarrolla indicaciones sobre diversas preguntas, sobre alimentación, ejercicios físicos hasta relaciones sexuales y embarazo. Esa parte está bien pero lo veo complicado.
- ¿Por qué?
- Ella no quiere casarse, dice que así están bien.
- El chico viene de familia…
- ¿Qué chico? (le dije con tono irónico)
- Tenés razón, es un hombre, Fernando es de familia muy católica.
- Bueno se verá, todo se da muy rápido. Tendrán que procesar todo esto, es un cambio en el horizonte profundo.
- No te digo lo que estoy pensando en este preciso instante.
- Dejalo para la reunión que es el 24, tengo otra llamada
- Un beso. Ahí nos vemos.



- Hola
- Annabella soy yo, Merin
- Hola Merin justo te estaba por llamar para ver si puedo llevar a Franchu al partido que tengo pasado mañana, así le muestro como juego al golf.
- Sí no hay problema ¿ya sabés a qué hora? Te llamo a la noche y te digo. Por otro lado ¿tenés los datos del médico esteticista que le vas a recomendar a Ingrid?
- Sí, ya me lo dieron ¿por?
- Porque me hablaron muy bien del Dr. Estevez y pensé que por ahí podría también hacer una consulta y decidir.
- Sí me parece bien, la veo un poco preocupada con ese tema, pero lo va a tener que afrontar porque se siente mal con esa marca que le quedó después de aquel mal momento.
- Bueno Me, debo irme, ya estoy un poco retrasada.
A las 11 caminaba hacia las cocheras, lo vi venir a Nica con paso rápido.
- Annabella, creo que mañana ya usted va a tener gas.
- Es hora llevamos más de 30 días.
- mañana treinta y siete, por eso es muy importante que haya alguien en la casa,
- Virginia ya volvió ¿cierto? creo haberla visto, si no déjeme las llaves.
- Bueno hoy llego temprano y vemos.
- ¿A qué hora Annabella?
Lo miré, no sabía exactamente a qué hora, sin embargo entendí que Nicanor me conoce bien. Para llegar no tengo hora, es más él sabe que muchas veces llego tardísimo o como dicen los chicos muy temprano, claro, al otro día, por otra parte de mañana puedo quedarme dormida, me ha pasado algunas veces, aunque no últimamente.
- Bueno Nica a las ocho más o menos llego a casa y bajo a verlo, si usted escucha cuando entro con el auto, asómese.




Los días del pequeño mes corrían sin darme tregua. Siempre las previas de una nueva producción me dejan sin aliento, felizmente había pasado mi cumpleaños, algunas de nuestro grupo se habían ido de vacaciones, con lo cual el consabido día de reunión contaría con la mitad de las pretorianas, ya que sólo tres habíamos quedado en Buenos Aires bajo las inclemencias de un estío ardiente. Las reuniones mensuales de las ENTRE6 no se cancelan y sólo en el caso de que cinco de nosotras estuviéramos ausentes, sólo en ese caso, la integrante restante podría decidir si quedarse o irse, Hele sugería que llegada esa instancia la asistente tenía un buen espacio de tiempo para meditar, hacer algún mandala o escribir en forma automática todo lo que se le ocurriera sobre lo que había pasado en la última reunión o alguna cosa que le hubiera interesado contar ese día, una escritura al mejor estilo surrealista y entonces luego retrabajar ese material para extraer algo interesante, una buena forma de mantener la llama ardiente de nuestro grupo La presencia en las reuniones mensuales no es obligatoria, sin embargo si alguna de nosotras no participara por un período mayor de nueve meses ininterrumpidos, significaría que se gestó algo que le impide continuar integrando la guardia pretoriana, el paso siguiente es una reunión con o sin la posible disidente para redefinir la situación. Todo esto se fue construyendo como corolario de sinsabores paladeados con disgusto frente a acuerdos incumplidos en otros grupos casuales o con algún régimen regular. Alguna vez, en los inicios de nuestras reuniones, se sucedieron esos hechos, horarios y lugares que se modificaban, se postergaban y pasaban de un mes a otro con el consecuente displacer de algunas de nosotras que queríamos, deseábamos hacer la reunión y cuya cancelación, a veces programada y otras a último momento, era portadora de frustración.
Hele, siempre afectiva, conciliadora, comprensiva y lógica habló:
- Siempre va a haber alguna de nosotras que no podamos asistir, tenemos familia, trabajo, nos pasan cosas, cumplimos años, tenemos algún casamiento… veamos como resolverlo, propongo que la reunión se haga igual llueva o truene, la que no está no está y me parece bueno sostener un lugar que podría ser éste y una planificación fija con las fechas de la siguiente manera, si seguimos con la idea del sábado empezamos tercer sábado de enero, cuarto sábado de febrero,
primer sábado de marzo. Si hay algún mes con cinco sábados obviamos el último sábado.
- A ver si entendí ¿cuarto sábado de junio?
- Así es Ingrid.
- Y noviembre es el primer sábado.
- Exactamente, han entendido, y cada año igual.
Estábamos contentas, habíamos resuelto algo muy importante, recuerdo una serie de comentarios tal como aquel de que podría darse la situación de estar todas juntas en otro lado, ante lo cual acordamos en un coro entremezclado.
- pero estamos juntas porque todas estaríamos invitadas a otro lado.
Hele agregó que nuestro espacio, ese mes quedaría desierto, pero podría haber una fiesta compartida.

Llegué a la reunión a las siete y veinte.
- Parece que estaba buena la siesta.
- ¿Qué siesta Donna? ¡Ojalá! Vengo de ver a Alba. Tengo que modificar algunos talles, por otro lado cosieron muy altos los bolsillos ¿viste lo que te dije por teléfono?
- ¿Cuando nos probamos Gimpel? ( dijo Merin).
- Falta, ¡Curiosas! Ya les voy a avisar. Ustedes saben que son mis mannequins favoritas. ¿Cómo va todo?
- Donna me estaba contando sobre la panza de Magali, que todo va bien, en fin.
- Sí, justamente le decía a Merin que los chicos quieren irse a vivir solos a un departamento a partir de mayo.
- ¿Ah y con qué cuentan? ( pregunté con un tono que ni a mí me gustó).
- Fernando está trabajando con el padre en el estudio de contaduría y a Magalí la vamos a ayudar nosotros, Mauricio me dice si no los ayudamos nosotros ¿Quién entonces?
- Sí, es verdad (suavicé). ¿Qué se sabe de las viajeras?
Donna había hablado dos o tres veces con Hele en los últimos días, siempre el motivo inicial (aunque después derivaran hacia otras cuestiones) era algún comentario que Donna le hacía sobre la situación de la espera de Magali que más que dulce se volvía inquietante, con lo cual Do estaba con las noticias más frescas.
- Hele y Myrhiam se van a ver porque están cerca, Hele ya sabemos va a su casa del centro de Mar del Plata con su hija menor, y los dos chiquitos. En el departamento de La Rioja está su hija mayor con Rogelio, su yerno que llevó a su hermana discapacitada, la nieta y dos amiguitas, por ahora no quiere ir al departamento, le recuerda mucho a Héctor, todavía sufre, habían comprado la pequeña propiedad para usarla ellos y dejar la casa veraniega para las hijas y nietos, pero todavía no puede volver a entrar y estar allí, la angustia mucho, sus hijas le proponen venderlo y comprar por otro lado, más cerca de la casa pero tampoco puede venderlo entonces decidió darse tiempo, ella percibe claramente la poca practicidad de esta distribución, nosotras que conocemos ambas propiedades sabemos que la casa es espaciosa y mucho más adecuada para tanta gente pero cuando no se puede, no hay que forzar, Hele espera transitar esto y superarlo.
- Con respecto a Myrhiam, finalmente ganó Ricardo y se fueron a Miramar con los padres de él. Evangelina va a ir un fin de semana, no se siente del todo cómoda con los hijos de Ricardo y toda la parentela.

La historia de Myrhiam es muy particular, como lo son todas las historias, conoció a Gabriel cursando el segundo año de medicina, es decir que empezaron siendo compañeros de estudios luego decidieron casarse rápidamente por dos razones, la primera, al decir de Myrhiam, es que estaban muy enamorados, por otro lado la casa familiar de Gabriel ubicada en Lomas de Zamora, resultaba distante para los tortolitos que querían verse todo el tiempo. Esto determinó que el primer enero después de conocerse, es decir, con seis meses de noviazgo se casaran.
El proyecto original fue vivir en la casa familiar de Myrhiam con su padre y su hermano menor y continuar los estudios. El padre cedió su habitación a los flamantes casados y Myrhiam, que hasta ese momento había sido una hija muy mimada desde la edad de nueve años, momento en que había muerto su mamá, se convirtió a partir de alianza y libreta, no se sabe muy bien cómo, en el ama de casa de una familia con tres hombres. El deslizamiento del rol no fue intempestivo pero el rendimiento de Myrhiam en la facultad mermó, a tal grado que, antes de quedar embarazada decidió abandonar los estudios, creo más bien que la llegada de Evangelina sirvió como buena argumentación ante ella misma para escabullirse y entonces sentirse menos presionada a tener que explicar frente amigos y familiares las verdaderas razones, que por otro lado no eran claras. Recuerdo que en dos ocasiones, en nuestras reuniones mensuales las ENTRE6, cuando discurrimos sobre las temáticas de los diversos mundos que se arman según los géneros, los derechos de los hombres a estudiar y formarse en muchas ocasiones a expensas de sus mujeres, hablamos de los sucesos en la vida de Myrhiam y llegamos algunas hipotéticas conclusiones con absoluto aval por parte de nuestra amiga, quien confirmó que eran cuestiones que ya había visto en su espacio terapéutico, donde había elaborado cuánto ella donó de sí para esta causa y cómo antes de ser ella misma madre, recuperó una madre para esta familia.
Myrhiam reconoce que la separación fue el epílogo que advino muy a pesar de ambos, aún hoy, tienen plena convicción de la responsabilidad compartida para el indeseado desenlace, Gabriel la quiso mucho y no tuvo malas intenciones pero lo cierto es que se alimentó excesivamente de lo que ella daba a manos llenas ¿como modo reparatorio de otra historia.?
Después con los años cursando counseling conoció a Ricardo.
Recuerdo que cuando nos contó sobre él, en coro, y a buenos decibeles de voz la mandamos a terapia.
- ¡Por favor otra vez con un compañerito!, ¡le vas a terminar haciendo las tareas!
- ¿No ves hombres en otros lados? ( Merin no se las calla).
Lo cierto es que nuestra amiga sagitariana, por momentos impetuosa, pero con mente clara y analítica es metódica y previsora. Hace una docena de años que vive junto a Ricardo, las tareas las comparten, él le lleva una década y tiene dos hijos de su primer matrimonio que conviven, aún hoy, aunque más esporádicamente, con la pareja. La complejidad de las situaciones vividas en esos años fueron muchas y originadas sobre todo por el ensamble con dos hijos por un lado y una hija por otro que no son propios de la pareja, que provienen de otras uniones y por lo tanto portadores de otras escalas de valores y reglas de convivencia.
En el caso de Myrhiam y Ricardo se dio la situación inversa a las habituales, en ambos casos, los padres varones se hicieron cargo prevalentemente, de sus propios hijos. Evangelina prefirió vivir con Gabriel y hacer visitas a su madre, lo mismo pasó con los hijos de Ricardo que se instalaron con él y hacían visitas esporádicas a su mamá. En definitiva la vida fue pasando y en ese derrotero un punto crucial de repetición se hizo ver, los años transcurrieron pero Myrhiam quedó otra vez entre tres hombres.
Recuerdo que aquel día en que se descorrió esa verdad inexorable yo quedé atónita, la miré a Donna y pensé sin dudar que el psicoanálisis debería tener mucho para desarrollar sobre esta cuestión.
- Vos esto ya lo habías visto con el Licenciado Ruiz, ¿no es cierto? ( le pregunto Donna a
Myrhiam).
- Sí Donna, yo te lo había contado un día, aún sigo trabajándolo.
Recuerdo que todo esto trajo mucha cola en las reuniones de las ENTRE6 hablamos de mujeres, hombres, familias ensambladas, si la mujer al salir a trabajar se ha condenado a mayores responsabilidades, prácticamente duplicando la de los hombres, si casarse o no, si tener o no tener hijos, en esta última caí yo, aunque debo decir que hicimos en todos estos temas una mirada panorámica amplia, no personal, en la medida de lo posible y enmarcándola en el mundo socio histórico económico que vivimos.
- La parentela se la va a tener que bancar alguna que otra vez (dijo Merin que me hizo volver de
mis elucubraciones mentales).
- ¿Y de Ingrid saben algo? ( pregunté tratando de que no se notara mi desconexión momentánea).
- Sí yo estaba en el Chat y apareció ( dijo Merin) en ese momento no podía seguir porque estaba
conectada con un compañero de la facultad, entonces quedamos para más tarde y luego, cuando
conectamos parloteamos bastante .
- Decinos Merin ¿Quién es ése de la facultad y desde cuando chateas con los compañeros como
las pendejas?
- No me jodas Annabella chateamos por temas de estudios, voy a hacer un seminario y me
estaba pasando los datos.
- Ahhh, yo no te pedí tanta explicación y sí por supuesto, sí Merin, quería joderte
Donna calmó los aires con una pregunta:
- Bueno y entonces ¿chateaste con Ingrid?
- Sí estuvimos conectadas bastante Está muy a gusto en la Angostura, pasándola como una reina,
finalmente viajaron tres, Herminia, Angela y ella.
- Estarán descansando, buena falta les hace…
Yo estaba agotada o tal vez era víctima de un ataque naïf, no encontré razón alguna que justificara la espontaneidad de mi expresión, (de todos modos sé que lo dije pensando en qué haría yo si estuviera en ese lugar tan bello y apacible).

- ¿Qué decís Annabella? Esa chica no descansa nunca, es indudablemente una mujer activa, es lo
que se llama una joven informal y ella lo sabe bien por que siempre se lo digo una viudita
alegre, además junto a Angela, ésa es otra que el nombre no le cabe, Herminia vaya y pase, es
más discreta.

Merin no se las guardaba, lo decía todo, en presencia y en ausencia. Recordé la oportunidad en que Ingrid y Merin discutieron acaloradamente.

- Me parece ¡Merin!que vos no tenés ningún derecho a decirme las cosas que me decís ¿Acaso
no anduviste flirteando con un hombre casado cuando eras una pendeja, yo soy libre y mi vida
no tiene nada que ver con Bianca Lamblin o ¿Crees que porque soy Ingeniera en alimentos no
leo filosofía y los asuntillos de las vidas privadas de los intelectuales? ¡Mucho olor a moralina
querida!
- El asunto aquel, Ingrid querida, fue cuando yo era muy chica e inexperta.
Pero ahora vos sos grande y podés pensar. Tengo amigos y amigas, mi vida no pasa por un
menage à trois, pero si fuera así ¿Qué? ¿Desde cuándo vas a decir cómo deben hacerse las
cosas? Hubo en aquel momento dos datos que hicieron marca en mí, el nombre Lamblin y el
menage a trois. En aquellos días yo no conocía la historia de Beauvoir, Sartre y Lamblin, la
discusión entre mis amigas despertó mi curiosidad sobre una relación amorosa de tres personas
del mundo literario y sobre todo porque Simone fue descripta como una mujer que no quiso
acceder a la maternidad, verdaderamente me inquietó y quise conocer más de la historia.
Muy pronto tuve sobre mi mesa de noche, no sólo, “Memorias de una Joven Informal” de
Lamblin, sino también “Cartas a Sartre” y “Diario de guerra” de Beauvoir.
Después de leer cuidadosamente sobre las álgidas vidas de estos personajes, sólo me quedaba por hacerle una pregunta a Merin.

- ¿Es más discreta me escuchás?... ¿Qué estas pensando? ¡Otra vez en vuelo ! ¡Es difícil hablar así! te estoy diciendo que Herminia, es más discreta.

A pesar de verla un tanto desencajada y deteniendo mi mirada en sus manos que no sé por qué estaban con gesto de plegaria le pregunté.


- ¿Decime Merin vos crees que Ingrid es bisexual o lesbiana y no lo confiesa?
- Mirá creo que algo de eso hay pero ella lo oculta.
- ¿De dónde lo sacaste?
- Creo que tiene una relación con Angela, y ella sí es lesbiana porque la vi besándose en un cine con una mujer bastante mayor.
- Pensás entonces que ella supone que nosotras la discriminaríamos por eso, si es que estamos en lo cierto.
- Sí, supongo, lo cual me pone mal porque pensé que había confianza entre nosotras...

Quedé en silencio con mis ojos mirando hacia arriba y sentí un sacudón en mi brazo izquierdo.
- ¡Sí, te escucho!
- Bueno y...
- Si las mujeres no cuereamos un poco a nuestras congéneres la indiferencia sería mayúscula
(tomó la pelota y contestó Merin).
No esperé semejante respuesta, la miré a Donna y casi al mismo tiempo nos pusimos de pie y nos reímos.

- Bueno chicas, fino qui, già sono le nove .Nos chateamos, nos hablamos, nos mensajeamos, nos vemos la próxima, ¿siamo d´acordo? ( dijo Donna).
- D´acordo (aseveramos a dos voces, Merin iba entrando en nuestros pequeños toquecitos dantescos).

Y nos despedimos. Al irme observé a dos hombres que con sus miradas y algún comentario que hicieron por lo bajo dieron claras señales que nos habían estado escuchando, me sonreí, seguro que ellos sabían que yo sabía. Y después dicen mis amigas pretorianas que yo no miro y que yo no veo. Sí que miro, veo, escucho y oigo y además vivo como quiero vivir.
Después de nuestra segunda reunión del año, que por convención nos corresponde hacerla el cuarto sábado del mes, la reunión de marzo, tercera del año, se precipitaba velozmente ya que la convocatoria, siempre según lo acordado, estaba signada para el primer sábado. En ese lapso, muy breve, sólo había contactado con Merin, para combinar día y hora y hacer una tarde de cine, la fijamos para el miércoles anterior a nuestra reunión pretoriana, antes de buscar a Franchu de casa de su abuela paterna. Luisa, la madre de Fabio, suele cuidar de tanto en tanto al travieso Francisco, ella es una persona, quejona por naturaleza, un poco enferma, siempre manifiesta disconformidad, insiste sobre sus achaques al punto de que creemos que sus dolores de espaldas, sus pies hinchados al límite de no poder calzarse y su descuido personal, la preservan de su conexión con el mundo. Verla a ella con sus setenta y ocho años en ese estado me hace pensar en los modos diferentes de envejecer. No puedo alejar de mi mente a tía Eulalia y agradecer ¿al Señor? su manera de estar en el mundo.

- Hola, ¿cómo anda todo?
- Hola Me, todo bien, mejor que nunca, volvió Virginia.
- Bueno, esta vez se hizo larga la espera ¿Feliciana te sacó de apuros?
- Sí, pero no me hace tan feliz como Virginia, (dije riendo) me entendés es Feliciana pero a mí
no me hace feliz.
- ¡Felicidad! ¡Qué palabrita! si estuviera Hele, nos daría una clase de filosofía.
- Gracias a Dios, Virgi retomó las riendas de mi casa, estuvo casi mes y medio en Posadas, con su padre y hermanos, vos la conocés, es una misionera tranquila, servicial, cuidadosa de mis cosas, hace catorce años que trabaja para mí, más que una mucama es una buena asistente que se ocupa de todo lo que pudiera necesitar.
- ¿Sigue en el horario de siempre?
- Sí, llega infaltable todos los días a las ocho y se retira a las seis de la tarde, en ese tiempo limpia, prepara comidas, plancha, riega, cose el dobladillo que se aflojó o la cortina que no resistió, a veces cuando voy saliendo me corre pinza en mano para hacer una intervención de urgencia extrayendo algún pelito rebelde que invade mi cara, se da maña para agujerear una pared, poner un tarugo, arreglar un enchufe y cuando alguna cosa se le pone difícil apela a Nicanor quien la ayuda para citar plomeros, electricistas o el especialista que haga falta.
- ¿Deshollinador? por ejemplo.
- ¡Graciosa!
- Bueno ¿Y? ¿Cosa facciamo con el cine?
- Con el cinema ¡Estás repila con el italiano!
- ¿Qué te parece si elegimos "Obsesión"?
- Dale, me parece bien.
Habíamos escuchado que se trata de una película fuerte y que Irons y Binoche hacen papeles extraordinarios, queríamos verla . Y allí fuimos.


CONTINUARA