sábado, 31 de octubre de 2009

noviembre (14 ava parte)

Noviembre


Nota enlace: Me complace continuar la publicacion virtual de mi novela "Entre sabores y sinsabores". En el archivo que aparece a la izquierda de su pantalla se irá configurando el detalle de la estructura completa de la obra. Se sugiere al lector entrar a través de la etiqueta novela y seguir el orden cronológico que presenta el archivo







Noviembre

Comenzó dulce y al mismo tiempo amenazante. Es el anteúltimo mes del año. El clima suave suele envolver a la ligera vibración previa a las navidades y a las habituales despedidas de año. Aquella mañana un golpe seco me despertó. Miré el reloj con dificultad, un poco porque no lograba ubicar de dónde había provenido el sonido tosco y otro poco porque mis párpados estaban pegados, casi diría, sin intención de descorrerse para permitir el ingreso de las luces mundo. Finalmente percibí con mayor claridad, eran las seis… temprano, muy temprano. Me acomodé, sentí mi cuerpo acomodarse con la firme intención de conciliar el sueño. Del ruido molesto no volví a acordarme…¡Cuántas cosas estaban borradas dentro mío! Papá siempre me insistía que debía entender y cuidar a mamá, yo no sabía muy bien qué quería decirme … No podía recordar por qué una noche desperté en medio de los sonidos de truenos, luces de relámpagos y una lluvia muy densa, con mis manos atadas y sintiendo mucho frío. El vidrio de la ventana al romperse hizo un ruido que alertó a mi padre, casi al instante lo oí llegar, me desató, me envolvió con una manta y me abrazó. Vi sus lágrimas y oí su queja de dolor.

- Mamá es buena, no sabe que esto te hace daño.

- Papá me duelen las manos

- Sí lo sé, pero ya pasó… todo va a estar bien.

- ¡Mamá qué linda estás! Quiero que me abraces como lo hace papá. Ella escapaba, siempre escapaba.

- Hola, adelante…

- Perdón por la llegada tarde.

- ¿Cómo estás?

- Bien Loretta, bah más o menos, sigo soñando con mi madre… a veces creo que sueño cosas que no pasaron, como el otro día que la vi junto a mí ayudándome con los deberes o acompanándome al colegio, la vi hablar con mi maestra como hacían las otras mamás. Pero creo que aún en el sueño se que no es lo que pasó.En muchos momentos pierdo la noción del tiempo, hay mucho de mi vida que está perdido en las tinieblas del olvido, creo que porque son escenas aterradoras que quisiera en una marcha hacia atrás modificar. Cómo desearía reescribir la historia y lograr que mis seres amados queden liberados de todo el sufrimiento causado por las experiencias traumáticas que la enfermedad de mi madre trajo. Si pudiera modificar pasado, seguramente el presente sería otro, mi vida con Juan sería otra…

- El pasado, en cuanto a hechos vividos, no puede modificarse pero, si se pueden elaborar los acontecimientos, y darles un sentido, resignificar la historia. Escribí todo lo que recuerdes, aún aquello que te aparece como inconexo, escribilo como puedas, no es necesario que tenga una lógica permitite hacer una escritura automática, veremos qué sale.

- Bueno y ahora te quiero contar algo más real… es decir de mi vida de ahora … Me encontré con mi vecino, el del edificio nuevo, el que te conté que veo desde mi casa y que me saluda cuando nos vemos de terraza a terraza. Lo encontré caminando por el parque, llevaba a su pequeña mascota, un bichón frisé blanco, una divinura… Me saludó y quedé atónita… Me preguntó si suelo ir a hacer caminatas , le dije que sí y agregó que si nos volvíamos a encontrarnos podríamos caminar juntos. Yo sonreí y me fui…

- ¿Y entonces?

- Nada… me gustó que me hablara, eso nada más…

- ¿Nada más?

- Yo estoy con Pedro.

- ¿Estás con Pedro? ¿Cómo estás con Pedro?

- Estoy.

- Pero el vecino te llama la atención…

- Sí, pero no sé nada de él.

- ¿Y entonces?

- Siempre me preguntás ¿y entonces?

- No sé qué decirte…

- Bueno cuando lo sepas tal vez quieras decirme. Interrumpimos hasta la próxima.

Y sin más había terminado mi tiempo, me fui pensando en Pedro, en mi vecino, en el pompón blanco de cuatro patas y en mi pequeña mascota de aguas vivas como llamo a mi fuentecilla con sonido romántico de minicatarata, regalo de Hele quien consideró que sería una buena compañía con menor exigencia que un perro, un gato o alguna planta…

- No te preocupes si alguna vez suponés que no le vas a poder agregar agua, por olvido, viaje o porque te fastidia, sólo desenchufala y ya está, así la bomba no sufre por trabajar en seco. Recuerdo que me sentí pésima, casi una asesina, el desechufala me sonó a desconectale el pulmotor. Lo cierto es que la fuente siempre luce un nivel de agua adecuado y sólo si me voy de viaje y no está Virginia, sólo en ese caso, le doy vacaciones a mi pequeña catarata sonora.

R11Caminaba lento, era temprano, aún faltaban diez minutos para las siete. Cuando atravesé la puerta de la confitería, la primera imagen fue la de una pareja de adolescentes que muy acaramelados se besaban apasionadamente, al pasar a su lado, tuve que correr una de las sillas sobre la cual reposaban dos libros y un cuaderno que, por su brillo y una pequeña etiqueta de precio, daba la sensación de no haber debutado con alguna anotación. Imaginé sus páginas blancas, una tras otra pasaron por mi cabeza, y en ese instante recordé aquel corazón que sellaba cada una de las hojas de mi viejo cuaderno de historia de tercer año con los nombres de Norberto y Annabella ¡Cuánto tiempo! ¿Qué habrá sido de la vida de aquel rubio con anteojos? La voz de uno de los mozos pidiendo un cortado mitad y mitad me trajo de vuelta. Me sentí parpadear Myrhian Hele y Donna ya estaban allí, no se percataron de mi presencia, cuando me aproximé vi unos pepinos sobre la gran mesa, como la llamamos cuando es doble, por lo regular Felipe la arma con anticipación (hasta nuestro camarero se había aprendido la grilla de nuestras reuniones).- ¿Y esto qué significa?

- ¿No sabés lo que me pasó? (dijo Myrhiam, mientras vi a a Hele y a Donna reirse por lo bajo).

- Hice un pedido al supermercado, tal como lo hago siempre, ¿vos sabés que compro por la computadora?

- Sí, ¿y?

- Bueno para hacer más rápido uní varios históricos, sabés que cada vez que encargás por Internet queda una copia y entonces se puede repetir la compra pero no me di cuenta de que las cantidades se sumaban, cuando llegó el pedido yo no estaba, de todos modos no hubiera podido hacer nada, pero vieras la cara que tenía la chica nueva que me ayuda en casa, Cecilia, debió pensar que estoy loca, me entregaron setenta y dos huevos, cinco kilos de banana, seis kilos de pepinos, cinco kilos de cebolla, cuatro kilos de lechuga criolla, treinta y seis rollos de cocina , casi cien de papel higiénico, ocho bandejas de carne picada y seis kilos de para preparar milanesas… Si hay algo más así, a granel ya no me acuerdo. Cecilia haciendo gala de su modo respetuoso me dijo suavemente que no sabía cómo ubicar algunas cosas en la heladera. ¡Qué error cometí! No quiero que Ricardo lo sepa, va a pensar que no controlo lo que compro…

- Lo cual es verdad ( le dije con tono seguro)

- No te vistas de odiosa Annabella, bastante molesta estoy conmigo. Acá les traje para sentirme menos mortificada un regalito para ustedes, cada una de estas bolsas contiene un poco de las verduras que les nombré y seis huevos y por otro lado de lo no perecedero agregué algunos rollos de papeles porque no me alcanza el lugar de las alacenas para guardarlos, también armé bolsas para el encargado, mi cuñada, Felisa , mi vecina y Cecilia también se llevó algo. - ¿Y los pepinos? ( los señalé como preguntando ¿por qué estaban sobre la mesa?) - Bueno las chicas me estaban bromeando…con los huevos y los pepinos… - ¡Ah! Siempre graciosas y pensando lo mismo… - ¿Qué pasa? (dijo Ingrid que al momento de llegar vio la decoración original de nuestra mesa). Y la historia del super tuvo una segunda edición, en medio llegó Merin que afortunadamente sólo se perdió la introducción, con lo cual en pocos minutos las ENTRE6 estaríamos todas al tanto de los excesos de Myrhiam. Recordé cuánto me gustaba ir de compras con papá… Siempre le pedía que me hiciera papas fritas, él me las hacía de diversos tamaños y luego con un molde que tenía les daba formas distintas, circulares, triangulitos, nubes, bonetes, barcos…Cuando fui más grande me enseño a saborearlas a la provenzal y luego me hizo probar batatas fritas, una exquisitez…Recuerdo un día, tendría doce años, que lavando lechuga apareció metida en la planta una ranita, era muy chiquita, grité, salí corriendo, papá la tomó con su mano y a pesar de mis gritos pidiendo que la matara la llevó hasta el árbol de la vereda de nuestra casa y la dejó allí, recuerdo nítidamente sus patitas largas estiradas sobre el tronco, es una imagen que quedó muy grabada en la memoria

- ¿Vos qué opinás? (Ingrid casi me gritó). - No sé perdón estaba recordando cuando hacía las compras con papá.. - Bueno, eso, justamente, no crees vos también que ahora es una locura la cantidad de artículos que existen hoy día: yogures, mil, que bebible, que con cereales, que descremados… leches… que vitaminizadas, fortificadas, entera , descremada, en polvo… limpiadores … de todo … horno, vidrios, baño, cocina, es una locura cada producto de antes se abre en siete u ocho y en las familias cada uno tiene su gusto, que gaseosa cola, que aguas con gas, sin gas, saborizadas, con pocas sales, con muchas sales… una locura… - Sí, es verdad, cuando compro siempre Virginia me dice que hace falta algo que no compré, puede ser que sea eso que vos decís, no había tomado conciencia…Pasa con las jabones, cremas, pastas dentales, es verdad… - Los productos que en la actualidad entran a nuestras casa son muchos, cada día la franja para cada tipo se abre más y aparece los subtipos de cada cosa, a mí la compra por internet me ayuda, además entiendo que no es necesario elegir por ejemplo una cola o un paquete de harina… por ahí si hablamos tomates, manzanas, en fin eso ya es otra cosa. Se imaginan que esto que me pasó en esta última compra me va a servir de experiencia. Deberé estar más atenta frente a la computadora ya que el programa ofrece la posibilidad de borrar, disminuir o aumentar las cantidades. - Hablando de las computadoras, Yo estoy un poco preocupada por Francisco (dijoMerin) - ¿Qué le pasa?- Está mucho tiempo en la computadora - ¿Y? - Yo no lo había advertido hasta que ayer me encontré en la fotocopiadora con la mamá de Salvador …

y bueno empezamos a hablar, ella sorprendió a Doru chateando con una persona desconocida y el mocoso estaba dando datos personales y familiares, ella se puso loca y desconectó.Todas mirábamos con atención, el asunto era bastante delicado, Hele dijo que ella sabía que hay una serie de campañas para alertar sobre prácticas peligrosas en la red, justamente como el riesgo de los contactos con desconocidos, y obtención de datos, fotos, en fin… todo lo que podemos pensar y lo impensable tambiénLos consejos que se dan son: que los niños eviten publicar un exceso de datos personales y además que no se aventuren a abrir correos electrónicos de desconocidos.Quedamos en seguir hablando un poco más sobre esto en los próximos días pero intentamos concienciar que depende exclusivamente de nosotros, los adultos, cuidadores de los niños ordenar las vías para evitar contacto con desconocidos, entre los cuales pueden aparecer los inescrupulosos. No pude sustraerme de pensar en tía Eulalia, ahora que ella también andaba navegando por las aguas virtuales…Nos preparamos para “levantar la sesión”. Agradecimos a Myrhiam sus obsequios culinarios y la incitamos a volver a equivocarse. Hele hizo alusión en referencia a los espacios en las alacenas y placares que por lo general no nos alcanza.

- Yo tengo poco lugar para guardar, me cuesta horrores tirar lo que ya no uso, porque pienso que en algún momento lo podría necesitar (dijo Myrhiam)

- El fen yui nos enseña la necesidad de reciclar, mover las cosas, permitir que circulen, todo lo que permanece inalterable e inmóvil y no le damos aire es una energía muerta, absolutamente negativa. – agregó Hele con seguridad

- Mirá yo no sé si es una energía negativa, pero, se puede pensar que los seres humanos tenemos a veces modos retentivos de funcionamiento y a pesar de la inutilidad de ciertos objetos falla el discernimiento porque la angustia domina e impide que pueda realizarse el abandono de aquello que sabemos que no vamos a usar ni necesitar. Se vuelve tan intolerable la idea de desprendernos que conservamos in eternun muchas cosas de las cuales no tenemos conciencia (dijo Donna)

- Sí , a mi me pasa, lo sé muy bien , objetos de mi madre, de papá de Juan, ¡son mis muertos! - Bueno Juan no es un muerto (dijo Myrhiam) - Para mí es un muerto que no está muerto. - ¡Ah! La complicaste (dijo Ingrid ) - No, no es complicado Juan no murió , no está en un cementerio como mis padres, por suerte, estoy contenta que respire, que viva pero para mí es un muerto en mi vida. Se fue un día y todo cambió para mí. Me gusta recordarlo y repasar nuestros momentos de amor, hay mucho de él en mi casa. Hasta la casa está a nombre de los dos todavía. - Sobre ese tema te dije varias veces que habría que hacer algo (dijo Merin) - Por ahora no quiero, ni puedo. - No haría falta que lo veas, ni que hables - No estoy lista, ¿entendés?, ¡entienden? - Sí, por supuesto, ya llegará el momento (la miró a Hele) En mi casa aprendí a tirar porque desde que Franchu nació no sólo necesitó mucho lugar para su ropa sino que se acumularon juguetes en cantidad , fue así cómo comencé a donar y a descartar ,si no lo hacía hubiéramos tenido que dejar los chiches de mi hijo y nosotros mudarnos. En cuanto al estudio me pasa lo mismo, ¡cuánto se ha quejado el viejo Ismael! Siempre me hacía bromas al respecto - ¡Sra Mariana sus bolsas sufren de obesidad crónica! ¿de dónde saca tanto alimento ? - Yo trabajo con papeles Ismael - Les digo que es un buen ejercicio para el desapego de las pertenencias, de todo lo mundano en este marco consumista de nuestro tiempo. Seleccionar y descartar ya no me resulta difícil. - A mí nada difícil, he tirado al tacho de la basura hasta cosas importantes por el afán de limpieza, recuerdo una vez que buscaba un reloj y un par de lentes para leer que en una urgencia había comprado en una farmacia, nada , no los podía encontrar , frente a la desesperación había desordenado todo , cansada , sin encontrar explicación alguna y habiendo perdido las esperanzas decidí irme a dormir pero como soy obsesiva con la limpieza ¿qué hice?( dijo ingrid) - ¡Fuiste a tirar la basura! - Bueno, no griten...sí ¡menos mal que la bolsa era transparente! Y eso que en general no me gustaban las bolsas finitas porque traigo una historia de enseñanzas de mi madre que todo tiene que ser bueno, grueso... - Grande, tiene razón tu vieja... lo de las medidas es importante (dijo Merin)

Nos reimos. Nos saludamos y me fui cantando bajito, empezaba a llover…Con mi bolsa del Super en mano, llegué a mi casa. El teléfono sonaba…

- Hola - Hola amor - Hola Pedro, ¿Qué hacemos? - ¿No sé qué querés hacer? - Acepto cualquier propuesta , menos ir al Supermercado..

- ¿Qué?- Después te cuento.

CONTINUARA